14.2.11


Te lo prometí hace cien años. Dije algo así como que me iría, que no sabrías ni como fue ni que pasó. Me mudé y estuve bien y estuve mal y volví a estar bien. Y le conocí y fui insultantemente feliz y él también estaba desequilibrado y funcionaba, te juro que funcionaba. Pero luego se convirtió en tirano, en un cabronazo enfermizo, y le dije: “puedes morirte, vamos, muérete”. Y murió y no quedaron ni pedacitos de lo que yo pude sentir. Pero yo tenía la poesía y me lo tatué en el puto cuerpo: “no vas a derrumbarte”. Y entonces me derrumbé porque los problemas vinieron de fuera y mi hermano no entendía que nuestra casa se iba a la mierda y alguien nos dejó y yo tuve que resistir por dos. Una vez te quise mucho, una vez todo funcionaba.

4 comentarios:

Ardid dijo...

Me gusta leer algo que no sea amor, porque incluso hoy existe la tristeza. Besos.

Anónimo dijo...

a mi siempre me dejas con una sensación extraña, como de querer algo que no consigo entender.

Miqui Brightside dijo...

el de hoy es...
puf

chicanieve dijo...

¿nos dejas quedarnos aquí para siempre?