6.2.11

La política es terriblemente divertida. Si te lo tomas con sentido del humor acaba por gustarte. Es incongruente y fascinante y agota y engancha. Pero tienes que saber reírte de ti mismo. La mayoría del tiempo la farsa es insoportable y, vale, que esto está hecho una mierda, que está mal hecho. Y que parece que para los políticos la ley deja de funcionar. Y que eso me encabrona mucho. Pero el partido se queda nueve décimas partes de tu alma y eso si que es una putada. Es bueno sentir hostilidad, mantiene la cabeza despejada. Pero tú prefieres que te besen el culo. Y ya estás vendido, te acabas de vender. Hemos estado jodidos con corrupción 15 o 20 años, también con tratos de favor, chantajes, trajes a cambio de pasta y otras diversas clases de estupideces. Y encima ellos saben cómo dirigirse hacia la audiencia subnormal, que palabras utilizar para convencer a las masas de idiotas. Hay que reconocerlo, por lo menos eso lo hacen de puta madre.

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