3.9.10

Vale, si, es tarde. Y hace un rato te he dicho que cuando llegara a casa iba a irme directa a dormir. Que no escribiría nada borracha. Que no escribiría nada de ti. Pero es que quiero que sepas que no te he mentido antes cuando te decía que me atrapas, que tienes algo entre genialidad, dramatismo y tendencia a la catástrofe. Es que tú y tu pelo despeinado y esa forma de buscarme tan rara, no sé, se me ha metido por dentro. Cuando te miro es como si Dios estuviera tocando sus grandes éxitos o algo así. Es solo que no puedo dejar de mirarte. Ni siquiera quiero dejar de hacerlo. Debería tomarme algo más que un valium para que se me baje el subidón que ha supuesto conocerte y bueno, lo que ha venido después. Y eso que la noche se presentaba de lo menos tentadora: unas cervezas donde siempre y no habían venido todos.

6 comentarios:

José Alfonso dijo...

Bueno, bueno...
No es para tánto. Siempre y cuando hagas el suficiente pis...




Un beso.

S.Palma dijo...

En serio, que alguien me explique lo del pis...

José Alfonso dijo...

Yo mismo: es lo que viene detrás de tanta cerveza.
¡No te enfades!

S.Palma dijo...

Tranquilo, tiene su gracia. Además, ya eres todo un inquilino habitual por aqui (te lo perdono).

Soñadora E dijo...

Umm pelo despeinado... me gusta ;D

Seguro que con todo lo que le has dicho no se enfada contigo!
Un beso y buen fin de semana!

Ardid dijo...

La genialidad no entiende de estados ebrios. Hay que extraer los sentimientos cuando ellos quieran salir. Besos.