Que no me quieran, encontrar
maneras distintas de vivir con ello. Llorarle a todo el amor desperdiciado de
mi vida consciente de que por muy raras que se pongas las cosas tengo que
sobrevivirle al fin de semana, encerrarme en el cuarto de baño y sobrevivirle
al fin de semana. Conocerme desprovista de pretensiones en un estado de ánimo
lastimoso y enfadarme hasta las rodillas porque no me guste tanto vivir como a los demás. Mi corazón no está en el lugar adecuado. Ya está, ya lo he dicho.
1 comentario:
Deja de escribir sobre los pensamientos pesimistas de una quinceañera suicida, madura y vuelve a escribir. El mundo esta lleno de ideas infantiles y eres capaz de mucho mas por el brillo dorado que se te escapa entre lineas.
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