25.5.11

El dolor, el golpe seco, un puñetazo en las costillas, un tirón de orejas, una patada en los cojones. En realidad quiero romper a pedrazos las ventanas de tu casa. Te mentí: yo también te habría besado. Pero tengo un vértigo de la hostia y estoy cabreada hasta la muerte y el hecho de que no estés no me hace estar del todo mal. Tú me has visto despertarme, me has visto desnuda, pero no me conoces porque el cariño al final es contraproducente, una puta gilipollez. La realidad es que no sé besar en lugares públicos, que no me interesan las relaciones normales y que no me sale de los cojones ni aburrirme ni estar mal. Soy un pequeño monstruo orgulloso de su condición de pequeño monstruo pero tú es que eres un poco gilipollas porque los amigos no dejan de estar.

1 comentario:

Aitor Cuervo Taboada dijo...

Te mentí: yo también te habría...