15.7.10
El tiempo voló muy deprisa y, a lo tonto, ya hace más de un año de todo aquello. Ahora que ya no me perteneces y ni siquiera yo soy tuya, veo las cosas de otra manera. Ya no guardo por guardar tantos defectos y he encontrado nuevos sitios en los que sentirme a salvo. Mucha gente aún me llama complicada pero, viejo amor, con cada renuncia gané y aprendí mucho en pocos meses. De verdad, que fue bueno, que lo necesitábamos los dos. Intento explicar que aunque contigo me enamoré de todo, conseguí tacharte de mi cabeza y de mi teléfono y dejó de darme miedo decir “aquí se acaba todo”. Empecé a olvidar los cigarros que te fumabas apresuradamente y hasta la forma en que me hacías el amor. Simplemente lo olvidé. A veces te exculpo y digo: “tendrá mucho que decir pero no le sale”. Luego me callo y recuerdo que tú no tienes pensado pasar por aquí. En el fondo es mejor que nunca volvieras, una cerveza o un café habrían tirado todo el 2010 al suelo. Yo, por mi parte, soy feliz y se me nota. Río más, nunca lloro. No mataría ningún tipo de monstruo por ti. Pero, que coño, pasaría media vida deseándote cosas buenas. Es así.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario