8.4.10

Sí, le diste el corazón en bandeja. Nunca debiste suponer un gran reto para ella. Ya no se si la quieres por lo que erais o si es tu adicción a las cicatrices lo que te lleva a esperarla. Estás lleno de malas ideas. Pero escucha, que tú ya has intentado ser justo, que lo que ahora te pasa es que miras sin ver. Han pasado ya unos años, de errores repetidos y como ves, la herencia del silencio sigue siendo el conformarte con llenar sus rincones, sus espacios en blanco. No se como explicarte que Eva no entiende ni entenderá en esta puta vida las confesiones que ya no escribes, ni dices, ni recuerdas (por no perderte en sus manos, otra vez). No puedes subsistir de lo que ella te da y seguir jugando entre el desprecio y el dolor. Es hora de irse planteando la posibilidad de exiliar al corazón a algún cuarto oscuro, poco transitado. Joder, que no es la primera vez que te pasa. Alquila otro punto de vista y recoge las cosas del suelo, que te has perdido entre el camino y quiero reconducirte. Sabes que te entiendo, porque también yo tanteé los sentimientos indefinidos, mal enfocados, pero vamos a desterrar el dolor ahora que nos vence el cansancio. Te invito a aprender que esta vida de locos lo que no tiene son barreras y que sus normas no las dictan tus cicatrices sino tu voluntad. Ya no confesaremos que siempre quisiste vivir en sus manos porque estamos aceptando que las grandes historias de amor fueron siempre cosa de una sola persona. Y que podremos vivir con ello.

No te vayas de mis manos aunque te mueras de frío




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