Intentar llevar una vida útil y satisfactoria como ciudadano
de bien. Preguntarte quien coño eres los domingos por la mañana. Negarme a
reconocer tu existencia como extensión de tu muerte metafórica. Te echo de
menos por defecto, no por voluntad propia. Por lo que a mí respecta podría
haber estado gritando esto toda la semana pero de momento no sufro ningún dolor físico o emocional insoportable, estoy bien.
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