26.4.11


Yo ya había aprendido a sobrevivir mejor que casi ninguna persona del mundo pero supongo que cuando llegaste yo estaba a punto de no sobrevivir. Estaba bastante jodida por aquello. Conocer a su nueva novia me había servido para comprobar que quince chupitos de tequila pueden tumbarme. Te dije: “me muero en esto” porque me enfermaba la idea de ella. Entonces empezaste a llamarme a veces. Salíamos a tomar algo o nos quedábamos en tú casa, fumábamos unos canutos y luego nos acostábamos. Y me gustabas porque tú también puedes amar a cincuenta personas a la vez pero sabes cuándo necesito que me envíes un mensaje en el que mencionas cierta botella de ron y cierta predisposición a reconstruirme.

3 comentarios:

HELEN dijo...

Me encantan sus textos, señorita Palma. No tengo nada más productivo que añadir. Aunque las cosas que tratan no suelen ser agradables. Jo, me gustan.

Un saludo y eso,

8.

Anónimo dijo...

a mí también me gustan los que saben amar a tantos a la vez :)

lauramequinenza.com dijo...

Vivan las personas que saben amar sin cadenas :) Me encanta el tono de tus textos ^^ Te imagino siempre que los leo recintándolos, bajo un foco, ya sabes, entre cerceza y cerveza :P