21.8.10

Mi vida está avecinada al fracaso, pienso, pero que cojones, sé que quiero escribir. Agacho la vista y sigo a lo mío. A veces no sale. A veces sale solo. A veces me pierdo en la obviedad, a veces ni siquiera estoy aquí (aunque lo parezca). Soy un pequeño cúmulo de incoherencia pero con lo de escribir lo tengo claro. Y creo que a la larga esto ha de llevarme hacia alguna aegría. Al menos para ligar me sirve, que coño. Así uno enamora a cualquiera. Y es que tengo la costumbre de predestinarlo todo y decirle sin tapujos: "voy a enamorarte hasta que te duela". Es decir, que yo voy y me digo (antes de conocernos):  "con Álvaro va a ser todo fácil, pondremos la distancia por medio y habrán en poco tiempo muchas despedidas. Pero nosotros no nos diríamos nunca del todo adiós". Y así pasa. De verdad que me encantaría poder ir por ahí sin segundas ni señales secretas pero es que yo me apago en cuanto me atan. Lo cierto es que, para ir de frente hay que echarle un par de huevos y yo no tengo las ganas ni el tiempo. 

1 comentario:

Ananita87 dijo...

Te leo a diario...y me encanta.

"...pero es que yo me apago en cuanto me atan"

La libertad es luz. Qué razón tienes.

Un abrazo