26.8.10

En ese momento debería estar necesitándola más que a mi piel. Sin embargo, en vez de eso, estaba a punto de quedarme a oscuras. Hacía frío pero no lo notábamos. Habíamos encendido el fuego y la tenía muy cerca. Estoy seguro de que en ese momento me miraba a mí y pasaba de tanta estrella. Simplemente lo sé. Pero yo no sabía muy bien como actuar y no actué; no hice nada. Se nos pasó aquella noche y no la volví a llamar. No hay más. El caso es que no te perdono, parece, las ganas de verte. Quítate la tontería y vuelve o déjame sino buscarte entre otras piernas.

No hay comentarios: