4.5.10

Esta vez no hubo mar de fondo pero aún puedo decir eso de que “su vuelo fue el vuelo más bello en el cielo”. Fue todo un febrero de despedidas, un señor mes. La vida era frío en el cuerpo, dolor como rutina, drogas de cabeza y de corazón. Una especie de “no me atrevo a abrir los ojos”. Y esque lo dejó aquí todo patas para arriba. Yo, que le cuento a la gente que conozco que agradecí su exilio, que fue un acierto el destierro. Creo que he mentido mucho y mal. Durante este tiempo entable malas relaciones con la distancia y con ese país odiado, porque me robó su cuerpo y decidí que ahora si, debíamos llevarnos fatal, que seríamos enemigos.

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