30.5.10

Era un tipo normal pero seguro tenía una de esas cabezas privilegiadas. Siempre fue una criaturilla especial. Me contaba que mantenía sus miedos bien amaestrados, bajo llave (por si acaso). Que casi nunca salían a la luz del sol, que eso que hacía yo era más bien peligroso. Eramos un poco incompatibles, puede que hubiesemos discutido mucho. Pero hacía las cosas fáciles. Recuerdo que me pareció terriblemente gracioso en nuestra primera conversación. Tramabamos chanchullos y estrategias para evadir tardes de trabajo. Pero no cedía a mis buenas ideas, maldito. Siempre fue mucho más formal que yo. Todo un señor. Nuestra pequeñísima amistad fue algo que simplemente, tenía que pasar.

- Casi seguro que te has sentido identificado. Cruzaré los dedos, Bolson.

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