27.3.12
Que no me quieran, encontrar
maneras distintas de vivir con ello. Llorarle a todo el amor desperdiciado de
mi vida consciente de que por muy raras que se pongas las cosas tengo que
sobrevivirle al fin de semana, encerrarme en el cuarto de baño y sobrevivirle
al fin de semana. Conocerme desprovista de pretensiones en un estado de ánimo
lastimoso y enfadarme hasta las rodillas porque no me guste tanto vivir como a los demás. Mi corazón no está en el lugar adecuado. Ya está, ya lo he dicho.
4.3.12
Lo mejor de mí se derrumba ahora que
el miedo es incontenible, ahora que desconozco las contradicciones de todas las
personas que soy. El mundo se queda vacío porque después de vomitar un par de
veces reconozco que me duelen de forma casi interminable las transformaciones.
Sentir una boca sobre mis hombros antes de vestirme, antes de volver a existir.
Una boca entre mis piernas antes de volver a ser un humano estúpido obsesionado
con los desgarramientos, con las tormentas. Un mortal neurótico e inseguro
compuesto de partes o lados de una unidad superior que no termino de abarcar.
Me gusta que me busques o buscarte yo, conservar, a pesar de todo, una relación
entre ambos.
24.2.12
Podría haber dormido tres o cuatro horas pero mi
cabeza es como si me golpearan con ella.
Lo insoportable e insostenible de mi estado es todo lo cobarde, todo lo
estúpido y minúsculo. Pasaba demasiado tiempo sola y en aquellas fiestas podía
no haber mucho que hacer. Recuperar el tiempo perdido follando en mi cama, hacerte una minúscula escenita porque te vas. Rechinar los dientes contra todo el maldito mundo, decirte quiero más, no
estoy contenta siendo feliz.
22.2.12
Estábamos cerca de la playa cuando las drogas nos
hicieron efecto. Eran días sin dolores especiales, días terribles de vacío
interior. Respiraba odio hacia todos los hombres y sus formas y sus costumbres
mentidas. Que estaba sola, que el mundo me abandonaba de un modo siniestro, que
yo misma me había abandonado también. Verme obligada a reconocerme
espiritualmente, a reconocer la multitud de almas que llevo igualmente en mi
pecho ciñéndose a una unidad que es sólo corporal. Sufrir bajo mi ridícula multiplicidad con el cerebro hecho cenizas consciente de que me da miedo morir todas estas muertes, vivir todas estas vidas.
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